Recordando la visita del Patriarca Ecuménico Bartholomeos
Bartholomeos I, Arzobispo de Costantinopla y Patriarca ecuménico, primaz de la Iglesia Ortoxoa, en el contexto de su visita a Toscana para recibir el doctorado honoris en el Instituto universitario “Sophia” de Loppiano, el pasado 26 de Octubre, visitó la fraternidad de Bose en la Pieve di Cellole, cerca de San Gimignano. A su llegada, después de celebrar la divina liturgia en la iglesia de San Jacopo “Hermano del Señor”, parroquia griego-ortodoxa de Florencia y de visitar también la parroquia rusa de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo y San Nicolás (dependiente de su jurisdicción).
La delegación del patriarca Bartholomeos contaba con los siguientes miembros: + Apostolos, metropolita anciano de Derchon (Phanar); + Gennadios, metropolita griego-ortod. de Italia y Malta; p. Andreas, Gran Archidiácono del Patriarcado Ecuménico; p. Evanghelos, vicario general del metropolita Gennadios; p. Athenagoras Fasiolo, archimandrita del Trono Ecuménico; p. Ignatios Sotiriadis, archimandrita del Arzobispado de Atenas; m. Sevastianì, egúmena del Monasterio de S. Bárbara y de la Trasfiguración em Montaner; Nikolaos Papachristou, periodista redactor del site de información religiosa Amen.gr, y Themistoklìs Karanikolas.
El patriarca fué recibido por los miembros de la fraternidad de Cellole, por el prior Enzo y por otros hermanos que se deslocaron para la ocasión, por seis obispos de la región de Toscana que quisieran participar: + Alberto Silvani, obispo de Volterra; + Antonio Buoncristiani, arzobispo de Siena; + Mario Meini, obispo de Fiesole; + Stefano Manetti, obispo de Montepulciano; + Carlo Ciattini, obispo de Massa Marittima; + Mansueto Bianchi, actual asistente general de la Acción Católica Italiana (anteriormente obispo de Pistoia y, aún antes, de Volterra), por una gran cantidad de presbíteros, religiosos y fieles de las dioceses toscanas (destacamos la presencia del presidente del municipio de San Gimignano Giacomo Bassi, m. Monica, superiora del Éremo Agustino de Lecceto, cerca de Siena, y del p. Brian, superior del Convento de San Agustín en San Gimignano).
Después del ingreso de la delegación patriarcal y de los bispos en el presbiterio de la iglesia, el prior Enzo saludó el patriarca con un caluroso discurso de bienvenida en el cual subrayó, junto con la alegría de esta nueva visita, el gran interés que la comunidade dedica a todas las actividades del patriarca, particularmente a su empeño en el diálogo ecuménico con la Iglesia católica, en quien ha encontrado un hermano “animado de los mismos sentimientos” del actual obispo de Roma, el papa Francisco. A propósito de esta relación fraterna, el prior mencionó la reciente edición de un nuevo libro del patriarca publicado en nuestra editorial Qiqajon, Nostra madre terra, que reune sus últimos textos sobre el cuidado y la defensa de la creación.
Respondiendo al prior, el Patriarca destinó a la comunidad un largo y caloroso saludo, así como a los obispos y fieles presentes, manifestando su gran alegría por ver la nueva fraternidad de Bose que surgió hace poco en Cellole, un lugar “tan fascinante por su belleza y, al mismo tiempo, tan lleno de amor palpable”; recordó las características y los compromisos de la vida monástica que los monjes en Cellole y en todo lugar son llamados a vivir, según las palabras de Juan Clímaco (el Sinaíta): ”ser monje es (vivir) una vida irreprensible y una constante custodia de los sentidos... monje es aquel que tiene un alma atenta al recuerdo de la muerte, preparado para aceptarla y virvirla…”. En seguida, expresó su alegría por el reciente congreso de espiritualidad ortodoxa sobre el tema “Misericordia y perdón”, realizado en Bose en Septiembro del 2015, y, para terminar, recordó la figura de san Bártolo Buonpedoni, que vivió en Cellole en el siglo XIII, un santo muy parecido a otro recientemente canonizado por el patriarcado ecuménico, Nikiforos el Leproso, que vivió en Creta en el siglo pasado.
Después de los discursos, fué celebrado el oficio monástico del medio-día, con una especial acción de gracias e intercesión por la persona y la actividad del patriarca ecuménico. En seguida, la delegación, los obispos y todos los amigos presentes compartieron la comida en el Monasterio, en un clima de gran fraternidad. Sentado a la mesa, el patriarca agradeció personalmente a los obispos toscanos por su presencia y por el apoyo concedido a nuestra comunidad; posteriormente, visitó los espacios del monasterio y el huerto, y retomó el viaje en dirección a Loppiano, donde tuvo lugar la ceremonia de entrega del doctorado honoris causa.