En tu voluntad, oh Dios, está nuestra Paz!

Omnipotente y misericordioso Dios,
Padre de todos los hombres,
Creador y gobernador del universo, Señor de la historia,
cuyos designios son insondables,
cuya gloria no conoce mancha,
cuya compasión por los errores de los hombres es inagotable,
en tu voluntad reposa nuestra Paz!

Por tu misericordia,
escucha esta oración que se levanta hacia Ti
desde el tumulto y la desesperación de un mundo
donde se Te olvida,
donde Tu nombre ya no es invocado,
donde Tus leyes son despreciadas
y Tu presencia es ignorada.

No Te conocemos y, por eso, no tenemos Paz.
Concédenos tanta prudencia cuanto es nuestro poder,
Tanta sabiduría cuanta es nuestra ciencia,
Tanta humanidad cuanta es nuestra riqueza y potencia.
Y bendice nuestra voluntad de ayudar a cada raza y pueblo
a caminar en amistad con nosotros
por los caminos de la justicia, de la libertad y de la Paz sin fin.

Pero, sobre todo, concédenos
la comprensión de que nuestros caminos
no son obligatoriamente Tus caminos;
que no podemos penetrar totalmente en el misterio de Tus designios
y que incluso la tempestad de poder que ahora enfurece esta tierra
revela Tu voluntad secreta y Tu insondable decisión.

Concédenos ver Tu rostro a la luz de esta tempestad cósmica,
oh Dios de santidad, misericordioso con los hombres.
Concédenos encontrar la Paz
donde verdaderamente se puede encontrar!
En Tu voluntad, oh Dios, está nuestra Paz!

Thomas Merton